Llegamos al hotel y fuimos a su
habitación, me tumbe en la cama, mientras ella ojeaba la habitación,
cuando terminó, se tumbo junto a mi, mirábamos al techo y se me
ocurrió una idea.
- Oye preciosa ¿y si te llevo al PTA?
- dije.
- Vale, me encantaría por fin poder
verlo con mis ojos – me respondió.
Dejó allí su maleta y cogió solo su
bolso. Nos fuimos a la parada más cercana del bus, por el camino
íbamos cogidas de la mano y de vez en cuando nos parábamos y nos
abrazábamos, llegamos a la parada y vimos como el bus llegaba, nos
subimos y nos sentemos al fondo que había dos asientos libres, por
el camino hablemos de muchas cosas, y algún que otro beso se
escapaba, nos bajamos en una parada del PTA y la lleve de la mano
hasta uno de los lagos, nos sentamos y contemplamos el gran lago y a
los patitos que había.
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