Otra
mañana más junto ha aquella belleza. Me desperté y miré a Patt,
aun dormía, empecé a besarle la mejilla y ella se despertó, me
miró a los ojos y empezó a besarme, lentamente, sin prisa.
- Patt
¿vamos a la ducha? - le pregunté.
- Vale.
Nos
levantemos y nos fuimos al cuarto de baño, entremos las dos, empecé
a besarla, mientras su ropa desaparecía, después la mía, seguía
besándola, llenándole el cuerpo de besos, nos metimos en la ducha y
abrí el grifo de agua caliente, seguía besándola, pequeños besos,
llegué al pezón, empecé a besarlo, a chuparlo, hasta ponerlo
erecto, después me fui al otro e hice lo mismo, su cuerpo junto al
mio, cogió mi sexo y empezó a tocármelo, me empezó a introducir
los dedos, poco a poco, sin prisa, iba subiendo la velocidad poco a
poco, yo gemía de placer, mientras le besaba el pecho, hasta que...
Sacó sus dedos y los puso sobre mi boca, yo los chupé, después fui
yo la que cogí su sexo e hice lo mismo, darnos placer era lo mejor,
unirnos en una, sentirla, besarla, eso era el paraíso. Después de
eso, de sentirla dentro de mi, nos duchemos. Cuando acabemos, salimos
de la ducha y nos fuimos a vestirnos, mientras nos vestíamos a Patt
le sonó el teléfono.
-
¿Quién sera a estas horas? - dijo en voz alta.
-
No sé, pero contesta, a ver si es importante.
Patt
cogió su móvil y contesto.
-
Elisa, es mi madre, que está aquí en Málaga, esta mujer esta loca.
-
Ala ¿y que hace aquí?
-
No lo sé, pero quiere que valla a recogerla a la estación ¿Me
acompañas?
-
Pues claro.
Cuando
ya estábamos vestidas, bajemos a la calle y nos dirigimos a la
estación a recoger a la madre de Patt. Íbamos caminando cogidas de
la mano, llegamos a la estación y Patt se paró en la entrada.
-
Elisa, mi madre no sabe que soy bisexual, por favor no digas nada, ya
se lo diré yo cuando sea el momento, es que no sé como le va a
sentar - me dijo Patt muy seria.
-
No pasa nada cariño, yo no digo nada - dije yo, sonriendo.
-
Gracias mi niña - me dijo y me dio un beso en la frente.
Entramos
a la estación y enseguida Patt vio a su madre y salio corriendo
hacia ella, yo empecé a andar deprisa hacia donde estaban, llegue y
estaban abrazadas y casi llorando.
-
Bueno mamá te presento, esta es Elisa, Elisa Mireia, Mireia Elisa.
-
Encantada señora - dije yo, dándole dos besos.
-
Igualmente y por favor no me llames Señora, me puedes llamar Mireia.
-
Pues bueno encantada Mireia, ¿así mejor?
La
madre de Patt me sonrió.
-
Sí, mejor, gracias.
-
Y bueno mamá, ¿has reservado habitación en mi hotel?
-
Pues no la verdad, porque he cogido la maleta y el primer vuelo que
venia hacia aquí, así que no me a dado tiempo a reservar nada,
¿pero tu habitación no tenia cama grande?
-
Sí, por eso te lo decía, porque mi cama es grande y podemos dormir
las dos.
-
Yo las observaba sonriendo.
-
Vale. ¿Vamos al hotel y suelto la maleta? - dijo Mireia, sonriendo.
-
Vale mamá - dijo Patt.
Salimos
de la estación y nos pusimos a andar en dirección al hotel. Por el
camino Patt y Mireia dialogaban, pero yo no me enteraba de lo que
estaban hablando, estaba en mi mundo. Llegamos al hotel y subimos a
la habitación, Patt y Mireia pasaron y después entre yo. Después
de que estuvieran un rato hablando decidimos dar una vuelta por el
centro para que Mireia lo viera. Así hicimos, salimos del hotel y
fuimos hacia el centro.
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